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Cirugía bariátrica: las dificultades para reconocer y aceptar la nueva imagen tras bajar de peso

Por Francisca Orellana (@franorellana)

La rápida baja de peso luego de someterse a una cirugía bariátrica genera que muchas veces las personas desconozcan su nuevo cuerpo. Pese a que reciben muchos piropos por su nueva imagen o tiene la oportunidad de comprarse la ropa que quieran, – ya que antes por el peso, solo podían llevarse sólo lo que había-, lo cierto es que hay un grupo de pacientes que pasa por una etapa de desconexión y no pueden asimilar su nueva anatomía.

Sentirse con más kilos de los que se tiene realmente, mirarse al espejo y creer que aún se está gordo o gorda o sentir la flacidez del cuerpo. Mirar una talla 38 y verla del mismo tamaño que una 48 y hasta dificultad para encontrar un nuevo estilo o la talla correcta son algunas de las situaciones y sensaciones que se comienzan a sentir con la pérdida de peso.

«Es una experiencia común en los post-operados el tener dificultades para reconcoerse luego de la baja de peso inicial y surge en el contexto de la necesidad de nuestra psiquis de reconstruir nuestra imagen corporal. Los cambios en la corporalidad no alcanzan a ser incorporados en el mismo momento a la identidad corporal, lo que produce un desface o discrepancia entre la percepción que los otros refieren del paciente, y la que el paciente tiene de si mismo, dado que los otros nos ven como objetos versus la experiencia sentida del paciente en que se ve a si mismo como sujeto», explica Denisse Montt, psicóloga del Programa Vivir Liviano de Clínica Alemana.

Sentirse con más kilos de los que se tiene realmente, mirarse al espejo y creer que aún se está gordo o gorda o sentir la flacidez del cuerpo. Mirar una talla 38 y verla del mismo tamaño que una 48 y hasta dificultad para encontrar un nuevo estilo o la talla correcta son algunas de las situaciones y sensaciones que se comienzan a sentir con la pérdida brusca de peso.

La psicóloga Catherine Pardo agrega que las personas con sobrepeso y obesidad no están acostumbradas a verse al espejo y mirarse, por ende, cuando tienen que asumir esta nueva corporalidad, se desconoce.

El periodo se vive de igual forma en hombres y mujeres, en los primeros seis meses después de la intervención. Sin embargo, Montt explica que el proceso puede ser menos traumático para aquellas personas que fueron delgadas o con un peso parecido al que se está obteniendo, «dado que pueden recurrir a esa vivencia v/s aquellos pacientes en que la imagen corporal que aparece luego de la baja de peso es completamente nueva».

Reconocen que es una etapa transitoria y suele terminar cuando los pacientes se estabilizan en el peso. Sin embargo, hay un grupo pequeño de casos en que la discrepancia pasa a mayores y adquiriere «ribetes patológicos y transformarse en una alteración de la imagen corporal, lo que sumado al temor a re ganar peso que suele estar presente en la mayoría de los pacientes post-operados durante el primer año, se transforma en un factor de riesgo para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria como anorexia o bulimia», afirma la especialista de la Clínica Alemana.

Tips y consejos para aceptar la nueva imagen

De acuerdo a las especialistas, hay ciertos rituales o pasos que ayudan a aceptarse más fácilmente. «Hay que trabajar en los componentes afectivos -cognitivos, perceptivo y conductual», explica Montt

1Volver a mirarse. Es frecuente que los pacientes obesos dejen de mirarse por el desagrado que les produce su imagen corporal. El mirarse debe dejar de ser desde una perspectiva inquisidora y crítica, por lo que el foco debe estar puesto en el mirarse como un  todo y no a partir del detalle o defecto físico como podría ser el abdomen, los brazos, muslos, etc. Esto apela a mejorar los niveles de satisfacción corporal, a través de un afecto en relación al cuerpo y de un juicio menos crítico. ¿Tiene un espejo de cuerpo entero en su casa? Si no lo tiene, compre uno para que pueda verse y reconocerse a diario.

2Tocarse: Reconocer el cuerpo también a través del tacto. Para ello, una forma adecuada es encremarse todos los días el cuerpo y tocarse lentamente para aceptar y reconocer las nuevas dimensiones del cuerpo. Otro ejemplo es la observación del volumen que ocupan en el espacio cuando se sientan (en el asiento del auto o el sillón, por ejemplo) , cuando se recuesta (espacio que ocupan en la cama), cuando se mueven al caminar. La actividad física ayuda y favorece el contacto con el cuerpo desde lo perceptual. Idea es aprender a estimar este nuevo cuerpo de manera adecuada (no sobre, ni subestimar su volumen).

3 Explore nuevas cosas: Atreverse a probar y experimentar nuevas formas de vestirse, explorar nuevos escenarios e intereses (con los otros, y solos). La idea es que disminuya progresivamente la conducta de evitación o camuflaje que es frecuente en este grupo de pacientes, por la insatisfacción corporal. De hecho, si no sabe cómo vestirse o qué le queda bueno, pruebe distintas tallas y tenidas. Eso lo puede ayudar a dimensionar sus nuevas medidas.

 

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