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Pilar Sordo: «La comida está asociada a casi todos los estados afectivos femeninos»

Por Francisca Orellana (@franorellana)

«La mujer tiene que aprender a soltar, y para ello tiene que entender que vale por lo que es y no por lo que hace», dice a Más Liviano la psicóloga y escritora chilena, Pilar Sordo. El estar siempre disponible y ser una ayuda constante para los hijos, para el marido, para los amigos, para la familia, genera muchas veces  sentimientos de culpa, inseguridad y frustración.

«Tiene que aprender a decir tres frases claves: No, no quiero, no puedo», sólo así es que se puede construir una verdadera identidad que hoy está influencia por muchos factores, como la comida, dice tras salir de la conferencia «¿Qué vemos cuando nos vemos frente al espejo», en el marco del Movimiento «Me encanta lo que veo» de Ésika, que surge a raíz de un estudio que da cuenta que 9 de 10 mujeres no se siente bella frente al espejo. «Tenemos ideales de perfección de cosas que no ocurren en la vida real. Y eso implica el aprender a vivir con el cuerpo que tiene para aceptarse», comenta.

Hoy la mujer se enfrenta al tema de la culpa pero también a la comida, que tiene un sentido protagónico en la vida de las personas ¿Qué rol cumple hoy el comer en la construcción de realidad? 

Mucho, la comida hoy está asociada a casi todos los estados afectivos de la identidad femenina: el aburrimiento, la entretención, el cariño, la pena,  la soledad. Se come ante todo. Si me porté bien me premio, si me porte mal me castigo. Por ello, cuando uno logra romper la asociación con el tema de la comida, se empieza el camino de sanación. Le cargamos a la comida un montón de responsabilidades, el que nos entretenga, que me consuele, estimularme, mil cosas, pero al mismo tiempo también nos genera un montón de conflictos. Cuando logramos desengancharnos del tema de la comida para vivir nuestra vida o para estar sola, el camino de la obesidad empieza a disminuir.

Es más difícil para la mujer que el hombre hacer el cambio y dejar de depender de la comida. Para lo femenino es muy complicado porque le cuesta más soltar y desprenderse de las asociaciones que haga con respecto a lo efectivo en relación a la comida. Y eso pasa con el azúcar también, que es cinco veces más adictiva que la cocaína.

– ¿Es más difícil ese proceso para la mujer que para el hombre?

Sí, es más difícil para la mujer que el hombre hacer el cambio y dejar de depender de la comida, a no ser que este último tenga muchas características femeninas. Pero en general, para lo femenino es muy complicado porque retiene más, le cuesta más soltar y desprenderse de las asociaciones que haga con respecto a lo efectivo en relación a la comida. Y eso pasa con el azúcar también, que es cinco veces más adictiva que la cocaína.

– Hay mucha gente que se ha hecho la cirugía bariátrica, ¿qué impacto tiene en la reconstrucción de la identidad? sobre todo porque la comida deja de ser el eje principal de encuentro con la familia o amigos..

Es pura fuerza de voluntad porque existe mucha ilusión y pensamiento mágico con respecto a esa operación. La gente supone que después de que se hace la operación va a ser flaca para siempre, no van a tener que hacer nunca ningún esfuerzo ni va a tener ganas de comer. Efectivamente, después de ella no dan gana de comer, pareciera que fuera permanente, pero no lo es y empieza a funcionar la voluntad en el acto, que es cuando la gente retrocede o avance. Las últimas estadísticas dicen que las mujeres tienen más probabilidades de volver a engordar que los hombres, pero fundamentalmente tiene que ver por la asociación que le damos a la comida, donde acostumbramos a tener a la comida en todo, la volvemos a conectar con el centro de la vida emocional y por lo tanto, se vuelve a engordar.

LA IMPORTANCIA DEL APOYO DE LA PAREJA pilar_1 (1)

– ¿Qué hay que hacer para salir de ese círculo, entonces?

Con trabajo psicológico. Los equipos que hacen estas operaciones tienen apoyo psicológico adicional. Si no lo tuviera, hay que hacer un trabajo de fuerza de voluntad y de cuidado personal que lleve a trabajar esto en forma permanente, porque sino es muy fácil volver a caer en los mismos aprendizajes que se tenían antes de la operación. La re programación conductual o cognitiva es fundamental para que la reprogramación vaya de la mano con la operación realizada. Es lo mismo que la liposucción o cualquiera de las cirugías estética. Si esa mujer no reprograma su cabeza con el cuerpo nuevo que tiene, al poco tiempo va a volver a subir de peso porque la cabeza es la que termina mandando.


– ¿Es necesario involucrar a la familia en el proceso de quien se realiza una cirugía bariátrica?¿Que rol cumple la pareja?

Totalmente, porque si esa persona baja de peso pero si en la casa se sigue comiendo como para gordos, tampoco va a funcionar mucho el sistema. Y la  pareja cumple un rol importante sobre todo en lo estimulador de los avances más que en las críticas por los retrocesos. En la estimulación influye mucho la pareja en hacerse sentir que te ves bien, que vas avanzando. Y no colocar el pero o decir qué debiera hacer en ciertos momentos, porque eso genera más ansiedad y mientras más haya, más se encienden los circuitos de aprendizajes anteriores que de alguna manera te llevan a volver a los hábitos antiguos.

– ¿Qué consejo le daría a alguien que está viviendo el proceso de una cirugía bariátrica?

Se opera el estómago y no la cabeza, por eso hay que trabajar con la cabeza porque es la que gobierna la guata. Todo lo que se pueda hacer como apoyo psicológico, familiar, herramientas conductuqlas cotidianas para poder establecer estos nexos, con cosas más sanas, van a ayudar para que puedan ser permanente en el tiempo.

Por Francisca Orellana (@franorellana)

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