Por qué deberías tomar agua de coco después del deporte o carrete

• Dos nutricionistas cuentan los beneficios de este brebaje natural.

Por Francisca Orellana

Hace unos años era una bebida desconocida pero hoy está muy de moda. La asociábamos a playas paradisiacas pero hoy ya la podemos ver en las góndolas de los supermercado.  El agua de coco se ha posicionado por ser un shot fuerte de minerales y vitaminas tan versátil que es capaz de revivirte después de un intenso carrete o una rutina fuerte de ejercicios.  

El jugo de coco está compuesto de innumerables electrolitos, que son los minerales presentes en la sangre y que tienen la función de mantener hidratado el cuerpo, mantener en buen estado nuestros músculos y nervios, entre otras tareas. Algunos de ellos son el potasio, magnesio, fósforo y otros nutrientes del complejo de la vitamina B, los cuales podemos perder cuando transpiramos mucho. Por eso, que tomar este líquido nos puede ayudar en diferentes momentos:

Alivia la resaca: “Al ser un remineralizante y revitalizante sirve para recuperar energías post carrete porque en estos casos el cuerpo está deshidratación. Alivia la resaca y minimiza los dolores de cabeza porque te ayuda a recuperar electrolitos y agua. Por eso, es ideal también para los días de calor o la gente que suda mucho”, cuenta la nutricionista de AIN Chile, Catalina Miranda. Agrega que al tomar electrolitos, ayuda a recuperar el funcionamiento del cerebro y sistema nervioso.

Post deporte:  Con el deporte, liberas mucha energía y sudor, y ahí aparecen también los dolores musculares, afirma la nutricionista de la Clínica Vespucio, Paulina Mella. “El agua de coco tiene un efecto inmediato y a los 10 minutos ya empiezas a sentir tu cuerpo distinto. Si uno hace ejercicio, incluso si hemos bailado mucho al punto de transpirar y quedar cansadas, ayuda a reactivarse al incorporar estos nutrientes, pero de forma saludable en comparación a las isotónicas tradicionales que son altas en sodio”, explica la nutricionista. De hecho, Catalina Miranda cuenta que lo tomó el año pasado después de correr los 42 k en la Maratón de Santiago. “Me gustó bastante, no tiene un sabor dulce, sino más bien neutro, y me sirvió harto. Me repuso muy rápido”, explica.

En estos casos, el magnesio ayuda a mantener el funcionamiento de las células y evita las microlesiones en la musculatura cuando se hace actividad física. Mientras que el potasio ayuda a prevenir los calambres.

”Entrega más potasio que un plátano, pero sin el efecto que hace no ir al baño, el coco mantiene ese equilibrio y tiene menos calorías, sólo 60 calorías”, cuenta Catalina Miranda.        

 

Menos arrugas: Es rico en vitamina C, por lo que tienen gran poder antioxidante. “Ayuda a prevenir el daño celular y el cáncer. Estimula las defensas de nuestro cuerpo y promueve la formación de colágeno, lo que implica una mejor calidad de la piel, menos arrugas y mejor cicatrización”, explica Catalina Miranda.

Prebiotico: Tiene trazas de fibra por lo que estimula la flora del colon. “Es muy recomendable para quien haya tomado antibiótico, que consuma café o alcohol porque eso va matando la flora intestinal. También destaca su efecto anti parasitario. “Tiene compuestos que nos protegen frente a parásitos que están en verduras crudas oagua no potable. Por eso, en lugares como el Amazonas se toma tanto, porque tiene poder protector”, explica la especialista de Ain Chile.  

Las especialistas recomiendan tomar máximo 300 cc del líquido al día. Sin embargo, las personas con problemas renales deberían tener precaución ya que al ser alto en potasio podría promover la aparición de cálculos.

Las expertas llaman a leer bien las etiquetas nutricionales ya que, si bien la mayoría contiene este brebaje de forma natural, hay algunas que le incorporan azúcar, o sólo lo utilizan como un ingrediente de base, que le restan sus nutrientes.  

Puedes encontrar agua de coco en formato cajita o botella, en marcas como Nature’s Heart a $1.399 (Supermercados), Kokisimo a $1.490 (Luki.cl) botella Zico a $2.300 (Supermercados y Copec), por nombrar algunas.

Fuente: Revista M, LUN