Día Internacional de la Juventud: Por qué es importante prevenir hoy para tener una vida adulta más sana
Cada 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud, una fecha que invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las nuevas generaciones.
Uno de los más urgentes y a menudo invisibilizados es el cuidado de la salud física y mental, en una etapa marcada por múltiples cambios, exigencias académicas o laborales y hábitos que, muchas veces, ponen en riesgo el bienestar a largo plazo.
Aunque se considera una etapa de buena salud, la juventud también es un período en el que pueden desarrollarse condiciones médicas que, sin el debido control, avanzan sin ser detectadas. Entre las más frecuentes destacan:
● Obesidad y sobrepeso: El exceso de peso continúa siendo una preocupación creciente para la comunidad médica y los especialistas en
salud. Según el estudio publicado por la Federación Mundial de la Obesidad
(World Obesity Atlas 2025), el 42 % de los jóvenes chilenos mayores de 20
años presenta obesidad, el porcentaje más alto de la región. De mantenerse
esta tendencia, en cinco años, 14 millones de adultos en Chile vivirán con
esta condición.
● Trastornos de salud mental: Durante la juventud adquieren una importancia especial debido a los numerosos cambios y desafíos propios de esta etapa.
La Décima Encuesta Nacional de Juventudes (INJUV, 2022) revela que el
26,9 % de los jóvenes presenta síntomas moderados o severos de salud
mental, un porcentaje significativamente mayor que el 13 % registrado en la población adulta. Además, las mujeres jóvenes (18 %) y quienes viven en
zonas urbanas (13,3 %) reportan mayor prevalencia de síntomas severos o
graves.
● Enfermedades cardiovasculares tempranas: Las enfermedades
cardiovasculares, como la hipertensión arterial y el colesterol elevado, están apareciendo con mayor frecuencia en personas jóvenes en Chile, siendo la mala alimentación y el sedentarismo factores de riesgo clave que contribuyen a esta tendencia.
● Infecciones de transmisión sexual (ITS): Según datos oficiales del
Ministerio de Salud (MINSAL, 2024), las cifras de ITS han aumentado un 30% en los últimos cinco años, con un crecimiento especialmente notable en sífilis y gonorrea, principalmente entre jóvenes adultos de 20 a 30 años.
Aunque los nuevos casos de VIH han disminuido en comparación con décadas anteriores, sigue siendo un desafío debido a la falta de prevención y conciencia en sectores vulnerables.
● Enfermedades respiratorias: En Chile, las infecciones respiratorias agudas
como resfriado común, influenza estacional, virus respiratorio sincicial,
bronquitis aguda y neumonía atípica por Mycoplasma pneumoniae afectan
también a adolescentes y adultos jóvenes, especialmente durante los meses
de otoño e invierno.
Estas enfermedades pueden deteriorar significativamente la calidad de vida, interfiriendo con el desempeño académico, laboral y las actividades cotidianas.
“Entre los jóvenes, las afecciones más frecuentes hoy en día son la obesidad, los trastornos de salud mental como cuadros ansiosos, depresivos o angustiosos y enfermedades cardiovasculares que están apareciendo cada vez más temprano.
Estas condiciones están asociadas a factores como mala alimentación,
sedentarismo, estrés crónico y falta de controles médicos. Muchos jóvenes no identifican los síntomas o no buscan ayuda, lo que impide detectar y tratar a tiempo”, explica el Dr. Ángel José González García, subdirector médico de RedSalud.
Por eso, el profesional resalta la importancia de fomentar el autocuidado desde edades tempranas y avanzar hacia una cultura de prevención desde los 18 años.
Entre sus principales recomendaciones para preservar la salud en esta etapa, destaca:
● Realizar chequeos y controles de salud anuales, incluso sin síntomas.
● Mantener una alimentación equilibrada y actividad física regular.
● Incorporar pausas activas y manejo del estrés en la rutina diaria, mantener hobbies y actividades extralaborales de esparcimiento.
● Realizar controles ginecológicos, exámenes de ITS y test rápidos de VIH,
consulta al médico para evaluación de peso, talla y medición de presión
arterial.
● No normalizar síntomas como cansancio excesivo, insomnio o tristeza
prolongada.

