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El 86% de pacientes con sobrepeso abandona el programa que pretente mejorar sus hábitos

La primera evaluación a cuatro años de funcionamiento del programa Vida Sana, del Ministerio de Salud, no resultó del todo positiva.

El estudio encargado por la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda (Dipres), en el marco de su política de análisis de iniciativas gubernamentales, concluyó que si bien el plan se justifica, muestra un desempeño «insuficiente».

Vida Sana se desarrolla en 241 consultorios del país, y busca intervenir los hábitos alimentarios y de actividad física de personas de entre 2 y 64 años que tienen sobrepeso, obesidad, prediabetes o prehipertensión. El objetivo es disminuir esos factores de riesgo, que pueden derivar en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, incluso desde temprana edad.

Para ello, el programa -que es gratuito para los usuarios- contempla ocho atenciones individuales (una con el médico, cinco con el nutricionista y dos con el psicólogo), cinco intervenciones grupales (talleres de nutricionistas y psicólogos), tres sesiones semanales de actividad física y dos exámenes de glicemia y perfil lipídico.

Todo esto se realiza durante 12 meses, en los cuales se busca que los beneficiados bajen de peso, adopten nuevos hábitos y, con ello, disminuyan su riesgo cardiovascular.

Para perfeccionar ese esquema, entre 2012 y 2015 el presupuesto para Vida Sana casi se triplicó, pasando de $3.385 millones a $9.170 millones. Junto con ello, la cantidad de beneficiarios aumentó de 12.409 a 54.529 (con los años se abrió a más grupos etarios).

El problema es que solo el 14% de los beneficiarios del programa lo termina. Por ejemplo, en 2015, el 35% de los pacientes que iniciaron la intervención desertó al tercer mes; el 51%, en el sexto mes, y el 86% lo hizo antes de completar el año. «Este es un aspecto crítico, ya que los beneficiarios no alcanzarían a cumplir los objetivos específicos que se han fijado para cada uno de ellos», se señala en el informe de la evaluación de la Dipres.

Reformulación

«Vida Sana es un programa necesario. Los resultados muestran que el 45% de quienes lo terminan mejoran su condición nutricional y física», dice el jefe de la división de Atención Primaria del Ministerio de Salud, Bernardo Martorell. Eso significa que de los más de 54 mil pacientes que iniciaron el plan el año pasado, poco más de 3.430 obtuvieron los resultados esperados.

«Lograr adherencia es un desafío», reconoce Martorell. Por lo mismo, cuenta que la cartera está trabajando en una reformulación del programa. «Como ministerio, entregamos las directrices y ponemos metas a los consultorios. Pero queremos darles más autonomía a los consultorios y que ellos, que conocen las ventajas y desventajas de sus comunas, decidan cómo van a cumplir con los resultados esperados», detalla.

Además, a contar de 2017 se pondrá énfasis en los niños. «Cuando se trabaja en cambios de hábitos, es en los menores donde se consiguen mejores resultados», replica Martorell. Actualmente, el 60% de los beneficiarios son adultos y el 40% son menores, y se intentará revertir esa proporción.

Otros aspectos que fueron criticados por la Dipres y que se buscará mejorar son el control de gastos del programa y la relación con otros actores, como los ministerios de Educación, Transportes y Desarrollo Social.

Fuente El Mercurio

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