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Hambre vs Apetito

  • Aunque a veces se encuentran, lo cierto es que son términos muy distintos, y , lo ideal es mantenerlos alejados. Con el apoyo de una nutricionista y una nutrióloga explicamos sus diferencias.

Hambre

1. Es una necesidad fisiológica del cuerpo que se produce cuando bajan los niveles de glucosa en la sangre y el organismo responde con esta sensación, que en casos extremos puede provocar mareos y hasta desmayos. Se vincula directamente con el bienestar físico que provoca la alimentación.

2. El hambre se evita manteniendo una alimentación ordenada, consumiendo alimentos varias veces al día pero en porciones moderadas. La regla general recomienda comer cada 4 horas, para no llegar con demasiada hambre a la siguiente comida. En este caso, snacks saludables como frutas, frutos secos y lácteos descremados son la mejor alternativa para calmar la sensación.

3. En una persona normal el hambre no diferencia entre alimentos, a excepción de que haya un déficit importante de nutrientes en la dieta como fósforo o vitaminas. En términos generales se siente hambre indistintamente de los alimentos que la persona tenga a su alrededor, porque no se relaciona con los estímulos externos.

4. Para saber si realmente se siente hambre basta con evaluar la sensación de saciedad. Es fundamental esperar al menos 20 minutos después de comer para sentirse satisfecho, y a partir de eso la sensación debiese durar entre 2 y 3 horas. Esto en una alimentación equilibrada, porque si alguien come solo ensalada, sin proteínas ni carbohidratos, probablemente sentirá hambre mucho antes.

5. El hambre se promueve cuando dejamos pasar muchas horas entre comidas, de ahí viene la recomendación de comer cada 4 horas.

6. El hambre sí puede incitar el apetito, porque aumenta las probabilidades de dejarse influenciar por estímulos externos.

Apetito

1. Es una sensación que gatilla el cerebro cuando la persona se enfrenta a ciertos estímulos como olores, determinadas presentaciones de alimentos o componentes altamente adictivos como el azúcar. Se vincula con el placer que provocan los alimentos.

2. El apetito se evita alejándose de estímulos y situaciones que puedan ser demasiado tentadores, por ejemplo, tener chocolates en la casa si la persona no puede medir su consumo. Otro mecanismo para no sucumbir ante lo que los ojos ven es comer a las horas correspondientes, lo que disminuye las probabilidades de que la persona se tiente.

3. El apetito se vincula con alimentos específicos ligados a los gustos de cada persona. Hay quienes sienten mayor placer por cosas dulces o preparaciones saladas, pero siempre va de la mano con algo puntual que gatilló la sensación. En el listado de ‘disparadores del apetito’ lideran los pasteles, chocolates y combinaciones saladas con alto contenido graso como sándwiches y papas fritas.

4. La expresión de que algo ‘abrió’ el apetito es correcta, ya que un alimento específico lo gatilla. Componentes como el azúcar y la sal incitan a que el cuerpo pida más alimentos que lo contengan. El apetito no tiene horarios ni un mecanismo claro de identificación.

5. De acuerdo con los especialistas, saltarse comidas antes de ir a un evento o reunión donde habrá tentaciones calóricas es lo menos recomendable para evitar comer de más. Nunca se debe llegar con hambre a ‘situaciones de riesgo’, porque cuando el hambre y el apetito se encuentran el consumo de alimentos se dispara.

6. El apetito no incita el hambre, ya que el hambre es un síntoma que envía nuestro organismo, no nuestra mente.

Fuente: www.revistamujer.cl

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